A lo largo de los años, nuestra infraestructura de hormigón ha demostrado tener un desempeño extraordinario tanto en el uso cotidiano, como también, ante eventos extremos como sismos, incendios e inundaciones. Un ejemplo de ello es el probado desempeño sísmico de los edificios chilenos, garantía de seguridad y motivo de orgullo en un país donde los terremotos son una constante.